martes, 1 de junio de 2010

La doctrina del miedo

Un día y otro, recabo información de todo lo que me rodea; la almaceno en mi memoria, que, por cierto, está fatal, confiando en que alguna especie de milagro ponga todo en orden, o, al menos, le de sentido.

Hoy me he dedicado a observar, o más bien a percibir ese "algo", que -entre otras cosas-  hace bastante tiempo que me tiene obsesionado por la forma en que ha marcado mi vida , de un tiempo a esta parte : el miedo.

Tras largo rato comprobando las distintas fases que actuaban en mí, y sin hallar novedad, he deglutido expresiones, posturas, miradas, y palabras de aquell@s que me rodeaban, analizando y tratando de adivinar intenciones soterradas.

El miedo invadía la estancia.

Degustaba torpemente ese vino tinto; desmenuzaba ansioso ese carpaccio de lomo de orza; dibujaba blancos hilos con el humo de ese cigarrillo; contenía esas titilantes pupilas verdosas; resecaba las palabras de esos viejos y agrietados labios...

Y se camuflaba hábilmente entre carcajadas insulsas e hipócritas.

Tantos miedos como ánimas que le han concedido poder esta tarde. Y tan diversos...